Consuelo en: "Taxi pase en rojo y déjeme en Pueyrredón"

"No sos vos, soy yo"
Dir: Juan Taratuto
2004

Juan esta de viaje (previa discusión) y yo viví el despertar de los muertos vivos. He sufrido por cada hombre que ha pasado por mi vida, los "importantes" y esos que se encuentran en la categoría "sucesión de hechos bochornosos". Un teléfono es algo terriblemente fácil de conseguir si se quiere. Me di cuenta porque llamaron hombres que ni siquiera recordaba claramente (de esos con los que alguna vez compartiste una cerveza y unos besos). El tema es que como había discutido con Juan y me sentía desamparada o mejor dicho desconsolada, pensé que un par de risitas por teléfono, intercambio de mails, sentirme deseada por otros hombres me haría bien. El problema (¿siempre tiene que haber un problema?mmmhh. . .) fue cuando en uno de esos llamados sorpresivos apareció SU voz diciendo -(...) Estoy en Buenos Aires. Mamaaaaaá!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me quedé inmóvil, muda, tiesa. ¿Por qué motivo querría yo, después de 8 años y un par de mails ezquizofrénicos, saber si él esta en Buenos Aires o en Siberia? ¿Por qué él pensó que yo quería saber? ¿Yo quería saber? Después de mi silencio, que dijo más de lo que me hubiera gustado, acordamos salir a tomar algo. Pasé a buscarlo y lo llevé a un bar de esos que son tan mios que nada "malo" puede ocurrirme. Él esta tan guapo como entonces (no lo puedo negar), pero ya nada es lo que era. Cuando la charla fue transcurriendo fui descubriendo a un fashion victim europeo que cualquier cosa que se salga de eso le parece demasiado pesado. -No vamos a cambiar el mundo por hablar sobre pobres, me dijo después de que yo comentara el autor del último libro que compré. No me molestó su comentario, me dolió. Hace mucho tiempo, cuando éramos mas chicos, un comentario así por parte de alguien hubiera hecho que él se levantara de la mesa y se retirara de la conversación. Y ahí estaba queriendo convencerme de que nada ha cambiado y que él siempre estuvo pensando en mi y el amor. Podría haber sido más inteligente y seguramente hubiera terminado pasando la noche con él; sin embargo después de 4 hs me llegó un sms de Juan, -Acabo de llegar a casa. ¿Venís a dormir conmigo y hacemos las paces?. Con un sabor bastante amargo, le di un beso, un abrazo fuerte y lo devolví a su hotel. Desde el taxi, le contesté a Juan que estaba yendo. Al fin y al cabo, aunque no sea exactamente el final que imaginé hace casi 8 años. . . tiene bastante de "Y vivieron felices para siempre".